lunes, 22 de junio de 2020

Sobre la situación de la Iglesia


Es sabido por todo el mundo que la Iglesia no está en su momento más esplendoroso. Pasamos por el ojo del mundo, herido por las guerras y el sufrimiento general. Cuando se supone que la iglesia debía ser una fuente de luz para todos en medio de la confusión del mundo moderno (hablo por supuesto de la ideología de género y del neomarxismo cultural) sale a la luz una serie de noticias que escandalizan a la sociedad, tanto creyentes como no creyentes: los abusos sexuales cometidos por sacerdotes

La Iglesia intenta arreglar todo este embrollo en el que el demonio nos ha metido, pero sin olvidar que Dios lo ha permitido. Personalmente creo que ese era el objetivo de Satanás, que la Iglesia se interesase en lavar su imagen. Y es que nos fue anunciado por varios santos y beatos que estos tiempos serían difíciles, que el demonio tendría un poder especial para intentar destruir a la Iglesia. 

Como resultado de este esperpento resulta que se ha infiltrado en la Iglesia de forma descarada la masonería y en general un pensamiento mundano de tolerancia y respeto. Personas abanderando una nueva teología que afirma que la Iglesia siempre ha sido de una manera y que tendría que ser más tolerante, de manera que se convierta en un grupo persuasivo para ganar adeptos, muchos, números, cantidad... paparruchas. La Iglesia siempre ha sido tolerante con todos, y la prueba está en el Evangelio, que Cristo vino a por los pecadores, pero para sanarlos, ¡no para permitirles sus pecados sin ninguna consecuencia! 

Hay muchos resultados sobre la infiltración de este pensamiento en la Iglesia, como curas que bendicen y rezan por empresas abortistas, sacerdotes que promueven la homosexualidad o las relaciones carnales entre estos (cuando la Iglesia invita a la castidad como medio para alcanzar la santidad), etcétera. Pero hasta ahora se veía a curas o personalidad religiosas importantes hablar de esto individualmente. La Iglesia siempre ha estado al margen de todo sin aprobarlo, aunque desgraciadamente tampoco condenándolo. 

Recientemente ha salido a la luz una noticia que estábamos esperando muchos católicos. Se trata sobre el sínodo de los obispos en Alemania. Ninguno pensaba que fuera a salir adelante con las cosas que proponían. Señoras y señores, ha dado ‘fruto’, ha salido adelante y, más aún, quieren trasladarlo a la Iglesia universal. Al menos es lo que quieren los promotores del sínodo, como Reinhard Marx, que fue el cardenal que impulsó todo esto. Cuestiones como la ordenación de mujeres, bendición de uniones homosexuales, comunión de protestantes, comunión de divorciados en nueva unión, reforma de la moral sexual... un largo etcétera que sumiría a la Iglesia en un caos. 

No sé qué pasará, pero con el tiempo está claro que estas cuestiones serán planteadas, y seguramente haya mártires en la Iglesia por defender el orden natural, es decir, el que Dios ha decidido que es el mejor para nosotros. Pero esta gente está muy empeñada en cambiar lo que Dios ha hecho, así que hay que estar alerta. Además no viene mal recordar que estamos en vigilia por unos supuestos sucesos que van a ocurrir en estos tiempos, es decir, en nuestra vida. Hablo de las apariciones de Medjugorje, que de ser ciertas nos espera una historia movidita. ¡Por si no bastaba con el Coronavirus! 

Termino con el segundo mensaje que le dieron a las supuestas videntes en Garabandal, que aunque no se haya aprobado (ni condenado) es totalmente actual y da que pensar:

Como no se ha cumplido y no se ha dado mucho a conocer mi mensaje del 18 de octubre, os diré que este es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los Sacerdotes, Obispos y Cardenales van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas mas almas. La Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con alma sincera, Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros mas, pensad en la Pasión de Jesús.