"Yo soy Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad" (Jn 18, 36-37).
Hoy la Iglesia nos regala la verdad de nuestra existencia, y es que Cristo es rey del universo. Dejemos que Él sea nuestra veleta, porque sabemos que es el camino a la vida. ¡Dale hoy una patada a todos tus ídolos para acogerte al que tiene vida eterna! Tú, igual que yo, estás cansado de la vida, de lo pesado; las obligaciones, los pesares, la cruz. Nada tiene sentido si no acogemos a Cristo como centro de nuestra vida. ¡Qué gusto estar en gracia con Dios! En Él la vida es agradable, el sufrimiento se palia hasta el extremo y la vida encuentra un objetivo, y es que no tenemos que esperar hasta el final de esta para vivir eternamente.
Nos preparamos para el nacimiento de Cristo, la luz que nació en el mundo.
¡VIVA CRISTO REY!
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